Tipos de Enlaces Químicos: Covalente, Iónico y Metálico
¿Alguna vez te has preguntado por qué el agua es líquida mientras que la sal es sólida? La respuesta está en los enlaces químicos que mantienen unidos sus átomos.
El enlace covalente se forma cuando átomos no metálicos (como carbono, oxígeno, flúor o cloro) comparten electrones de su última órbita. Esto sucede cuando estos átomos tienen electronegatividades similares y altas. Piensa en dos amigos que deciden compartir algo valioso para beneficio mutuo.
El enlace iónico es como un intercambio comercial: un átomo metálico "regala" electrones a un átomo no metálico. Se establece entre iones con cargas opuestas (cationes positivos y aniones negativos) y ocurre cuando hay grandes diferencias de electronegatividad. Las sales que usas en la cocina son perfectos ejemplos de este tipo de enlace.
El enlace metálico es único porque los núcleos atómicos se juntan rodeados de una "nube" de electrones compartidos. Esta estructura especial explica por qué los metales como el hierro (Fe), cobre (Cu) o sodio (Na) brillan y conducen electricidad tan bien.
💡 Dato clave: La fuerza del enlace metálico depende directamente de la carga de los cationes, y el brillo característico de los metales se debe a cómo sus electrones interactúan con la luz.