La Evolución de los Modelos Atómicos
Imagínate que eres detective y tienes que descubrir cómo es algo que no puedes ver. Eso es exactamente lo que hicieron los científicos a lo largo de la historia con los átomos.
Demócrito (450 a.C.) fue el primero en tener una idea genial: propuso que toda la materia estaba formada por pequeñas partículas indivisibles que llamó átomos. Era como decir que todo está hecho de piezas de LEGO súper pequeñitas.
Mucho tiempo después, John Dalton (1808) mejoró esta idea. Él concluyó que los átomos no se crean ni se destruyen, solo cambian su distribución. Básicamente, los átomos son como piezas eternas que se reorganizan para formar diferentes cosas.
Thomson (1904) hizo un descubrimiento increíble: encontró el electrón, una partícula con carga negativa. Su modelo se conoce como "pudín de pasas" porque imaginó el átomo como una masa positiva con electrones (las "pasas") incrustados adentro.
¡Dato curioso! El modelo de Thomson se llamaba "pudín de pasas" porque parecía un postre inglés con frutas secas distribuidas por toda la masa.
Rutherford (1911) cambió todo al descubrir que los átomos tienen un núcleo pesado con carga positiva en el centro, con electrones dando vueltas alrededor. Era como un mini sistema solar.
Niels Bohr (1913) perfeccionó el modelo anterior diciendo que los electrones orbitan en círculos específicos alrededor del núcleo, emitiendo energía solo cuando saltan entre estas órbitas.
Finalmente, el modelo atómico actual (1926) nos dice que los electrones no están en órbitas fijas, sino en orbitales, que son como "nubes de probabilidad" donde es más probable encontrar un electrón.