Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico del espectro autista se realiza en dos niveles: primero se evalúa a niños donde se sospecha TEA, luego se hacen estudios de certeza. Se utilizan herramientas como la escala M-CHAT (para niños de 18 a 24 meses), la escala CARS y entrevistas especializadas como la ADI-R.
Los niveles de severidad van del 1 al 3. Grado 1 necesita ayuda básica, Grado 2 requiere ayuda notable y Grado 3 necesita ayuda muy significativa para funcionar en la vida diaria.
El tratamiento integral incluye varios enfoques: intervenciones psicosociales (educación y comunicación), terapia conductual de 20-40 horas por semana, y cuando es necesario, medicamentos. La risperidona ayuda con agresividad, el haloperidol con conductas repetitivas, y la fluoxetina con ansiedad y comportamientos obsesivos.
La intervención nutricional con vitamina B6 y magnesio también puede ser beneficiosa. Lo más importante es que el tratamiento debe ser personalizado y comenzar lo antes posible para obtener mejores resultados.
Recuerda: El diagnóstico diferencial debe descartar otras condiciones como discapacidad intelectual, mutismo selectivo y trastornos del lenguaje.