Tejidos Especializados: Nervioso y Sanguíneo
El tejido nervioso es tu sistema de comunicación interno más sofisticado. Está formado por neuronas que reciben, analizan y transmiten información eléctrica por todo tu cuerpo.
Las neuronas no trabajan solas - las acompañan las células de la glía o neuroglía que las nutren, protegen y ayudan en la transmisión de impulsos. Juntas forman conexiones neuronales que te permiten pensar, sentir y reaccionar.
El tejido sanguíneo es tu sistema de transporte y defensa. Está compuesto por diferentes elementos: eritrocitos (glóbulos rojos sin núcleo), leucocitos (glóbulos blancos que producen anticuerpos), y plaquetas que ayudan en la coagulación.
El plasma contiene proteínas y sales, mientras que el suero es la fracción líquida que queda después de la coagulación. Este tejido transporta oxígeno, elimina dióxido de carbono, mantiene la homeostasis, te defiende de infecciones y regula tu temperatura corporal.
Recuerda: Los leucocitos pueden convertirse en macrófagos cuando llegan a tejidos infectados, actuando como tu ejército personal de defensa.