División de Poderes en México
Imagínate que el gobierno fuera como un equipo de fútbol donde todos los jugadores tienen diferentes posiciones pero trabajan hacia el mismo objetivo. Así funciona México: tenemos tres poderes independientes que se equilibran entre sí para evitar que uno tenga demasiado control.
El Poder Legislativo es como el cerebro del país - aquí se crean las leyes que todos debemos seguir. Está formado por el Congreso de la Unión, que tiene dos partes: la Cámara de Diputados (500 personas) y la Cámara de Senadores (128 personas). Los diputados se encargan principalmente del presupuesto nacional, mientras que los senadores aprueban tratados internacionales y confirman al presidente electo.
El Poder Ejecutivo es donde está toda la acción del día a día. Aquí manda el Presidente de la República, quien toma las decisiones importantes sobre economía, política y sociedad. Dura seis años en el cargo y no puede repetir, punto. Para hacer su trabajo cuenta con secretarios que manejan diferentes áreas como salud, educación y relaciones exteriores.
El Poder Judicial actúa como el árbitro del país. Su trabajo es asegurarse de que las leyes se cumplan y resolver conflictos legales importantes. La Suprema Corte de Justicia es la máxima autoridad, formada por 11 ministros que deciden si las leyes van de acuerdo con la Constitución.
¡Dato clave! Ningún poder está por encima de otro - todos se necesitan y se vigilan mutuamente para mantener la democracia funcionando.