Los Primeros Pasos de la Contabilidad
La contabilidad primitiva comenzó cuando nuestros ancestros necesitaban llevar cuenta de sus herramientas de caza, pesca y ganado. Era básico, pero ya mostraba la necesidad humana de controlar sus recursos.
En el Antiguo Egipto, los faraones tenían escribas que registraban todas las entradas y gastos del reino. Necesitaban administrar la producción de alimentos para que su pueblo pudiera sobrevivir, especialmente durante las épocas de escasez.
Grecia marcó un momento clave alrededor del 500 a.C. cuando impusieron leyes que obligaban a los comerciantes a llevar libros de sus operaciones. Aquí aparecieron los primeros libros contables llamados papiros, donde se registraban todos los movimientos de bienes.
Dato clave: En Egipto (3623 a.C.) ya existían registros escritos de ingresos y gastos, ¡hace más de 5,000 años!
El Imperio Romano llevó esto al siguiente nivel creando el cargo de contador general del estado. Esta persona era responsable de toda la contabilidad del imperio y tenían un libro contable para cada actividad que desarrollaban. Mientras tanto, el imperio de Alejandro Magno expandió el comercio hasta Asia Menor, creando la necesidad de sistemas contables más complejos.
Durante los siglos V-IX, Constantinopla emitió la moneda "Solidus" para transacciones internacionales, lo que permitió registros contables más organizados. El Renacimiento trajo la revolución definitiva cuando apareció Fray Lucas Pacioli, conocido como el padre de la contabilidad moderna, quien creó el principio de partida doble que aún usamos hoy.