Control Postural y Movimiento
El tronco encefálico actúa como centro de control para múltiples funciones automáticas esenciales. Controla la respiración, el sistema cardiovascular, la función gastrointestinal, los movimientos estereotipados, el equilibrio y los movimientos oculares.
Los núcleos reticulares pontinos mantienen un alto grado de excitabilidad natural. Cuando no están bajo control de centros superiores, pueden causar una excitación poderosa de todos los músculos antigravitatorios, manteniendo el cuerpo erguido contra la gravedad.
El sistema reticular bulbar proporciona el balance necesario. Las señales de las áreas superiores del encéfalo activan este sistema inhibidor, de modo que en condiciones normales, los músculos del cuerpo no se encuentran anormalmente tensos.
Los núcleos vestibulares tienen como función controlar selectivamente las señales excitadoras para diferentes músculos antigravitatorios, manteniendo el equilibrio en respuesta a las señales del aparato vestibular.
Detección del Equilibrio y Orientación
El aparato vestibular es el órgano especializado que detecta las sensaciones de equilibrio. Está compuesto por un sistema de conductos y cámaras óseas ubicados en la porción petrosa del hueso temporal, formando el laberinto óseo.
El laberinto membranoso está formado por la cóclea, tres conductos semicirculares y dos cámaras grandes: el utrículo y el sáculo. Mientras la cóclea es el órgano sensorial principal para la audición, los conductos semicirculares, utrículo y sáculo son partes integrales del mecanismo del equilibrio.
¡Sistema de navegación perfecto! Tu aparato vestibular funciona como un GPS tridimensional que constantemente informa a tu cerebro sobre la posición y movimiento de tu cabeza.