Anticuerpos y Migración Celular
Los anticuerpos son proteínas súper específicas que reconocen antígenos como llaves que encajan en cerraduras perfectas. Tienes diferentes tipos: IgG para protección a largo plazo, IgA en mucosas, IgM como respuesta inicial, e IgE para alergias.
Cuando hay infección, tus leucocitos migran desde la sangre hacia los tejidos dañados en un proceso fascinante. Primero se marginalizan, luego se adhieren usando moléculas de adhesión celular (CAM), atraviesan el endotelio y siguen las señales químicas hasta el sitio del problema.
Las quimiocinas actúan como GPS molecular, guiando a tus células de defensa exactamente donde se necesitan. Los receptores CCR5 y CXCR4 son tan importantes que el VIH los usa como puertas de entrada a las células.
La hipersensibilidad ocurre cuando tu sistema inmune reacciona de forma exagerada. Existen cuatro tipos, desde las alergias inmediatas (Tipo I) hasta las reacciones tardías mediadas por células T (Tipo IV).
Aplicación práctica: Los anticuerpos monoclonales se usan en terapias contra cáncer y enfermedades autoinmunes, aprovechando esta precisión natural.