La Búsqueda de Nuevas Rutas y el Renacimiento (Siglos XVI-XVII)

Todo comenzó cuando los otomanos conquistaron Constantinopla y controlaron las principales rutas comerciales. Europa necesitaba urgentemente nuevos caminos para comerciar.

Esto impulsó las expediciones marítimas: Vasco de Gama bordeó África para llegar a las Indias (1497-1499), mientras que Cristóbal Colón llegó a América buscando el mismo destino. Estos viajes cambiaron el mundo para siempre.

Paralelamente, el Renacimiento $siglos XIV-XVII$ transformó la mentalidad europea. El humanismo dejó de lado el teocentrismo, poniendo al ser humano en el centro. España conquistó América con Hernán Cortés derrotando al imperio Azteca en 1521, mientras Portugal se expandía por África bajo Enrique el Navegante.

¡Dato curioso! Colón murió creyendo que había llegado a las Indias, sin saber que había descubierto un continente completamente nuevo.

La Ilustración y las Primeras Revoluciones (Siglos XVII-XVIII)

La Ilustración revolucionó el pensamiento europeo promoviendo la razón, ciencia y progreso. Criticaba duramente el absolutismo y defendía la libertad e igualdad. La Enciclopedia de Denis Diderot y Jean d'Alembert facilitó el acceso al conocimiento y difundió estas ideas ilustradas.

Los monarcas intentaron adaptarse con el despotismo ilustrado: aplicar reformas sin perder su poder absoluto. España implementó las reformas borbónicas para reorganizar sus colonias americanas.

Pero las ideas ilustradas ya no se podían detener. La independencia de las 13 colonias (4 julio 1776) tuvo causas internas como impuestos excesivos y nacionalismo americano, y causas externas como las ideas ilustradas y la Guerra de los Siete Años.

Piénsalo así: Las ideas ilustradas fueron como un virus que se propagó por todo el mundo, inspirando revoluciones y movimientos independentistas que aún resuenan hoy.

Revolución Francesa e Industrial: El Mundo Cambia Radicalmente

La Revolución Francesa estalló por causas internas (desigualdad social y económica, crisis económica, malas cosechas) y externas (ideas ilustradas, independencia de EE.UU.). El descontento político era enorme: clero y nobleza ignoraban al tercer estado (burgueses, campesinos y trabajadores).

Sus consecuencias fueron monumentales: difundió ideas de libertad, debilitó las monarquías europeas y contribuyó al fin del sistema colonial.

Simultáneamente, la Revolución Industrial comenzó en Inglaterra durante el siglo XVIII. Las innovaciones como la máquina de vapor y las máquinas de hilar transformaron completamente la economía, tecnología y sociedad.

Sin embargo, trajo problemas serios: trabajo infantil, jornadas de 12 a 16 horas, malas condiciones laborales y falta de derechos. Esto provocó movimientos sociales como el ludismo (destrucción de máquinas) y el surgimiento de sindicatos.

Conexión actual: Los problemas laborales de la Revolución Industrial siguen siendo relevantes hoy cuando hablamos de derechos laborales y condiciones de trabajo dignas.

Imperialismo y Primera Guerra Mundial (Siglo XIX-1920)

El imperialismo dominó la segunda mitad del siglo XIX: las potencias europeas buscaban expandirse y dominar otros territorios. Necesitaban materia prima, creían en su superioridad cultural y política, y esto generó nacionalismo y tensiones políticas por la explotación de recursos.

La competencia desembocó en la paz armada: una carrera armamentista y formación de alianzas. Se crearon la Triple Alianza $Alemania, Austria-Hungría e Italia$ y la Triple Entente (Francia, Rusia, Gran Bretaña).

La Primera Guerra Mundial (1914-1919) tuvo múltiples causas: nacionalismo, militarismo, imperialismo, alianzas y el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria el 28 de junio de 1914.

El Tratado de Versalles terminó la guerra imponiendo a Alemania: reparaciones económicas, reducción militar y pérdida territorial. Estas condiciones tan duras sembrarían las semillas del próximo conflicto.

Reflexión importante: Las decisiones tomadas al final de una guerra pueden determinar si habrá paz duradera o futuros conflictos.

Crisis y Totalitarismo (1920-1960)

La pobreza mundial y la Gran Depresión (caída de la Bolsa de Nueva York) causaron desempleo masivo. En este contexto surgieron regímenes totalitarios que reemplazaron el absolutismo.

En Alemania, el nazismo con Hitler; en Italia, el fascismo con Benito Mussolini; y en Japón, el militarismo con Hirohito. Estos regímenes aprovecharon la desesperación económica para ganar poder.

Las tensiones del Tratado de Versalles se intensificaron cuando Alemania buscaba Lebensraum (espacio vital). El mundo se dirigía inevitablemente hacia otro conflicto global.

Los sistemas económicos también se polarizaron: capitalismo (Estados Unidos) con propiedad privada y libre mercado versus socialismo (Rusia) donde el Estado controla la producción y no existe propiedad privada.

Lección clave: Las crisis económicas pueden ser aprovechadas por líderes autoritarios para ganar poder, prometiendo soluciones simples a problemas complejos.

Segunda Guerra Mundial y Guerra Fría (1939-1991)

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) comenzó con la invasión alemana a Polonia y terminó con la rendición alemana. Las alianzas se reorganizaron: Aliados versus Potencias del Eje.

Eventos decisivos incluyeron la traición alemana a Rusia y el Día D, cuando los Aliados obtuvieron ventaja decisiva. Las consecuencias: creación de la ONU e inicio de la Guerra Fría.

La Guerra Fría enfrentó dos bloques: Estados Unidos (capitalismo, globalización, propiedad privada) versus la URSS (socialismo, control estatal, igualdad social pero restricción de libertades).

Cada bloque formó alianzas: OTAN y Plan Marshall (ayuda económica) del lado occidental; Pacto de Varsovia y COMECON del lado socialista.

Dato fascinante: Durante décadas, el mundo vivió bajo la amenaza nuclear constante, especialmente durante la Crisis de los Misiles en Cuba.

El Fin de la Guerra Fría y Globalización Moderna

Los bloques compitieron intensamente: competencia espacial y la Crisis de los Misiles en Cuba (cuando Rusia intentó establecer una base nuclear) fueron momentos críticos.

Todo cambió con la caída del Muro de Berlín (1989), que terminó la división de Europa y la Guerra Fría. La desintegración de la URSS (1991) marcó el fin de la bipolaridad mundial.

La globalización económica se aceleró con organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar países con problemas económicos, la Organización Mundial del Comercio (OMC), y tratados como el TLCAN.

Sin embargo, surgieron nuevos conflictos como la Guerra del Golfo Pérsico (Irak vs Kuwait, 2 agosto 1990) por petróleo y fronteras. La respuesta internacional incluyó la Operación Escudo del Desierto y la Operación Tormenta del Desierto, que liberó Kuwait.

Realidad actual: Vivimos en un mundo globalizado donde los conflictos locales pueden tener consecuencias internacionales, como vemos en las crisis energéticas y económicas actuales.