Los Orígenes del Español
Imagínate la península ibérica (donde está España) antes de que llegaran los romanos en el siglo III a.C. Era como un mosaico de pueblos diferentes: celtas, íberos, vascos, ligures y fenicios, cada uno con su propia lengua. ¡Qué lío de idiomas había!
De todas esas lenguas prerromanas, solo una sobrevivió hasta nuestros días: el vasco o euskera. Esta lengua es súper especial porque no tiene parentesco con ninguna otra lengua del mundo y sigue viva en el País Vasco.
Todo cambió cuando el Imperio Romano llegó a España en el siglo III a.C. Los romanos no solo conquistaron territorios, sino que impusieron su cultura, costumbres y, lo más importante para nosotros, su lengua: el latín. Este proceso duró varios siglos hasta que España se convirtió oficialmente en provincia romana.
Dato curioso: Los romanos no hablaban un solo tipo de latín. Existía el latín culto (usado en escuelas y documentos oficiales) y el latín vulgar (hablado por soldados, comerciantes y trabajadores en la vida diaria).
La magia ocurrió cuando el latín vulgar se mezcló con las lenguas locales que ya existían. De esta fusión nacieron las lenguas romances, y una de ellas fue el castellano, que es el español que conocemos hoy.